jueves, 11 de febrero de 2021

                                         EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Las aulas escolares se cerraron desde el 12 de marzo para 2,9 millones de niñas y niños. Desde entonces, alrededor de 200 mil maestras y maestros afrontan el reto de dar continuidad a las actividades educativas en línea, en medio de las restricciones para evitar la expansión del covid-19 en Bolivia.

En los colegios privados, por la necesidad de proteger sus fuentes de empleo y ante la presión de madres y padres de familia que exigen el 50% de descuento de las pensiones escolares, prácticamente desde el inicio del confinamiento definieron el empleo de diferentes redes sociales y plataformas en Internet, primero para el envío de tareas y luego, de manera paulatina, para el avance del programa escolar.

Sin embargo, la educación privada abarca solo al 11,46% de estudiantes, de acuerdo a datos del 2018 de la Dirección General de Planificación del Ministerio de Educación.

Es decir que el proceso educativo es totalmente irregular para más de dos millones y medio de estudiantes de colegios fiscales y de convenio, tanto de áreas urbanas como rurales.

Uno de los principales obstáculos es la falta de conectividad, ya sea por no tener acceso a Internet o por carecer de los dispostivos adecuados y suficientes, en el caso, por ejemplo, de familias que tienen más de una niña o niño en edad escolar. Ante la improbabilidad del retorno a las clases presenciales y por lo establecido en el Decreto Supremo Nº 4260 que define la educación presencial, a distancia, virtual y semipresencial, algunas instituciones educativas, sobre todo las privadas, ya están desarrollando sus propias plataformas virtuales.

Esto implica que las y los docentes han tenido que asumir la educación en línea, en la modalidad de teletrabajo, con desigualdades evidentes, algunos tratando de replicar la educación bancaria y otros buscando innovar. Esta normativa, promulgada el 6 de junio y rechazada por el magisterio nacional, legaliza el cambio en la modalidad educativa.

En ese contexto y a fin de conocer las acciones, percepciones y retos de maestras y maestros sobre las transformaciones de su práctica educativa, Terre des Hommes Suisse ha llevado adelante la encuesta “Educación en tiempos de pandemia: elementos de respuesta ante la contingencia por parte de las y los docentes”. En esta edición, les presentamos los resultados obtenidos en Bolivia.






                                    LA EDUCACIÓN EN TIEMPO DE PANDEMIA

 

La pandemia ha cambiado abruptamente nuestra forma de vivir y relacionarnos. De manera forzosa, nos hemos encontrado cada cual en su propia casa aprendiendo de nuevo a compartir con el núcleo familiar las 24 horas del día. Ese cambio lo han sufrido, de manera especial, los niños y los adolescentes y jóvenes que se han visto privados de aquello que más les gusta: compartir con sus amigos.


Además, se ha truncado el proceso educativo apenas empezado. Los niños extrañan la escuela con todos los componentes que esta les ofrece; los padres están preocupados porque no saben qué hacer con la educación de sus hijos. En esta situación la única vía de salida es la educación virtual.


Esta última ha ingresado con fuerza en todo el mundo, justo por la pandemia. Es una metodología oportuna para continuar con el proceso educativo y no vulnerar el derecho de miles de niños, adolescentes y jóvenes que, por la presente circunstancia, no pueden estar en clases presenciales.


Es loable que el propio ministerio de Educación se haya preocupado de preparar a los maestros ofreciéndoles capacitación gratuita en tecnología a través de varias plataformas. Estamos viviendo un momento histórico que supone para nuestra sociedad un reto desafiante en el cual todos estamos involucrados.


De una u otra manera, todos tenemos que ser conscientes de que la forma de “hacer escuela” ha cambiado de ahora en adelante. Y si es importante la calidez del encuentro, no menos importante es la posibilidad de investigar, relacionarse, aprender algo nuevo que permita superar las limitaciones impuestas por la pandemia. Si es fundamental para el niño ensuciarse, jugar y compartir, de la misma manera puede aprender a ser creativo utilizando un smartphone, una tableta o una computadora.


Muchos maestros buenos y preparados lo dicen claramente: estamos aprendiendo a usar una nueva herramienta. Se necesitará hacer pruebas, adaptaciones, mejoras en el progreso. Pero importante es que el niño se sienta siempre activo, motivado, que pueda desempeñarse con espontaneidad y creatividad. Para que todo esto se pueda hacer realidad en nuestro medio, es importante lograr que se cumplan unas condiciones mínimas.


Ante todo, que el maestro no tenga miedo de empezar a aprender algo nuevo, desconocido, que puede que no resulte tan bien en las primeras pruebas. Finalmente aprenderá una nueva didáctica que lo enriquecerá humana y profesionalmente. En segundo lugar, es necesario que los padres y madres estén atentos al bienestar de sus hijos sin dejarse contaminar por intereses políticos que no aportan al bien de la educación y que prefieren la inacción. Tercero: es imprescindible que las autoridades de educación tomen decisiones oportunas y pertinentes, abriendo sendas nuevas en este camino de la educación virtual. Es fundamental que pasen a reconocerlas y legitimarlas como una forma real de educar (acaso la única, en algunas circunstancias).


Las autoridades gubernamentales en su conjunto están llamadas, en esta hora histórica, a aportar a la educación como la única forma de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de nuestro país.


En este momento tan delicado para la educación, la Iglesia católica valora y agradece los esfuerzos de los maestros; está a su lado, los acompaña y apoya para que nuestra educación adquiera una nueva calidad y sea capaz de responder a las distintas situaciones que nos toca vivir. Y piensa también en los miles de padres y madres preocupados por este año escolar, que desean que sus hijos estén protegidos y a la vez puedan estudiar, porque saben que lo que se juega es su futuro. Su preocupación es plenamente legítima, y por eso las instancias educativas de la Iglesia (que sirve a la sociedad con más de 2.600 centros dedicados a la educación) están comprometidas a apoyarlos para que los estudiantes puedan continuar con todos los medios a disposición hasta culminar exitosamente esta gestión escolar.

















LOS CAMBIOS EN LA EDUCACIÓN BOLIVIANA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

El año 2020, será un año recordado por la pandemia de COVID – 19, por todos sus impactos negativos en la educación, salud, economía, las relaciones interpersonales, etc. De la noche a la mañana, las Unidades Educativas y Universidades de Bolivia y todo el Mundo cerraron sus puertas, afectando a miles de estudiantes, principalmente en Bolivia, ya que arrastraba problemas de calidad e inclusión en la educación, ha tenido que lidiar con este problema aún mayor, desde las conexiones de internet, los contenidos en línea, hasta profesores que no estaban preparados para asumir semejante reto.

En todo este escenario sombrío, las Unidades Educativas han tenido que replantear sus servicios educativos, para garantizar la continuidad de las clases, desde plataformas tecnológicas, hasta sistemas de video conferencia, analizando factores, de creatividad, facilidad de acceso y de escalabilidad. La preparación y capacitación docente para clases en línea ha sido otro elemento a considerar: y de esta manera poder responder al desafío de enseñar, aprender evaluar e innovar en línea.

Los profesores acostumbrados algunos a las clases tradicionales, conocidas como clases “magistrales”, han tenido que reivindicarse para poder acercarse a los estudiantes, algunos con elementos básicos como un teléfono móvil, con conexiones precarias de internet, y otros con estudiantes que tenían todos los recursos tecnológicos para poder acceder a una clase en línea.    

De acuerdo a una investigación realizada, un 62% utilizan Facebook para comunicarse con los estudiantes, un 79% de los docentes no usaba ni había usado el WhatsApp para comunicarse con los estudiantes y cerca de 50% de los docentes nunca habían utilizado una plataforma Moodle, imaginemos que muy poco accedían a videos conferencias. Esto nos da una idea, a escala mayor, de lo que tuvieron que hacer las Unidades Educativas y los profesores para enfrentar este reto y poder llevar adelante las clases en forma virtual.

Loa actores más importante en este reto han sido los profesores, que para dinamizar sus clases y hacerlas más interesantes han tenido que recurrir a la imaginación, la investigación de herramientas que puedan ayudar a fortalecer las clases y finalmente a la innovación curricular.  

Un aspecto fundamental, es que los profesores cambien sus metodologías tradicionales de enseñanza para evolucionar, innovar y crear estrategias metodológicas que impacten positivamente en la educación y la formación profesional.

Que se atrevan a implementar herramientas nuevas y que constantemente se vayan actualizando en este mundo competitivo de la educación.

El proceso es arduo, y en constante evolución, si bien se ha vencido un reto, parcialmente, existen muchos otros que deben ser tomados en cuenta, como el acceso a la educación de los más desfavorecidos, que no tienen acceso a una conexión de internet, un dispositivo móvil o un computador, hasta probablemente no tengan luz.

También es un futuro reto, el de construir una tecnología educativa inclusiva que favorezca a los que sufren de necesidades especiales, como discapacidad visual y auditiva, para adaptar plataformas y herramientas tecnológicas en su inclusión en futuros retos educativos virtuales.





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